El enmascaramiento en el autismo 

Por la Dra. Megan Anna Neff

Traducción al español: Eugenia Coto 

Edición de estilo en español: Jeannette Soto Segura

Nos sumergiremos en el complejo mundo del autismo en la edad adulta para explorar el fenómeno del enmascaramiento autista, pues al revisarlo podremos observar el impacto que este tiene en la vida de la generación perdida de adultos autistas. Muchas personas, incluida yo misma, hemos experimentado lo retador y confuso que puede ser enmascarar nuestro verdadero ser autista. 

Confieso que por muchísimo tiempo participé —sin saberlo— en este juego complicado del enmascaramiento. Es asombroso cómo podemos vivir imitando los comportamientos de otros, sin estar conscientes de hasta dónde podemos llegar para integrarnos. Sin embargo, una vez que conocí el concepto de autismo y el de enmascaramiento, de pronto, todo tuvo sentido. Me di cuenta de que el esfuerzo que ponía en las interacciones sociales y esa constante sensación de estar actuando se conectaban a este arte oculto de enmascarar. Durante años, manejé las interacciones sociales sin ser consciente del trabajo extra que hacía si lo comparaba con quienes me rodeaban. Al descubrir este concepto, se aclararon mis experiencias y me ayudó a entender el impacto sobre mi vida y mi salud mental. 

Por ello, si alguna vez te has preguntado si eres un experto del disfraz, si escondes tu verdadera identidad autista o, si simplemente te interesa aprender más sobre este aspecto del autismo, acompáñame a indagar en las complejidades de este enmascaramiento. Exploremos 

  • Qué implica realmente el enmascaramiento autista

  • Quién es más propenso a enmascarar 

  • Cuáles son los tres principales componentes de la máscara autista

  • Cuáles señales indican que estás enmascarando sin darte cuenta

  • Cómo se mide el enmascaramiento autista

  • Cuál es el costo de enmascarar 

  • Qué hacer si piensas que podrías estar enmascarando

¡Comencemos!

¿Qué es el enmascaramiento autista?

El enmascaramiento autista es un fenómeno adaptativo, en el cual las personas desarrollan estrategias complejas para gestionar una sociedad alista (no autista) e integrarse de forma impecable —como los camaleones— a su entorno. Las personas autistas que enmascaran poseen una habilidad excepcional para observar y analizar las señales sociales, estudiar meticulosamente cómo hablan, se mueven e interactúan las personas, tal como lo harían los detectives sociales expertos en el arte de encajar.

Estas técnicas de enmascaramiento —con el pasar del tiempo y con la práctica— se arraigan en la psique y operan en piloto automático, sin que la persona esté consciente de ello. Por lo general, el enmascaramiento inicia a edad temprana y se entrelaza con la identidad central de la persona durante sus años formativos. Por ejemplo, cuando un niño se enfrenta a la disciplina por sus comportamientos autistas  —como preguntar, evitar el contacto visual o stimming (estereotipia o expresión que realiza la persona autista, como búsqueda de regulación sensorial o de estimulación)— podría aprender a enmascarar sus rasgos autistas como mecanismo de sobrevivencia. Esta práctica lo llevará a esforzarse para complacer o evitar el castigo; es decir, sin su conocimiento, se vuelve la forma natural de conducirse en el mundo. 

Uno de los aspectos fascinantes del enmascaramiento estriba en que los individuos —por lo general— no están conscientes de estar enmascarando, ya que se ha integrado de forma imperceptible en su experiencia básica de la realidad. Podríamos decir que es una identidad secreta entretejida en las fibras de su existencia, la cual esconde su verdadero ser bajo las capas de la adaptación social. 

Definición de enmascaramiento autista

El enmascaramiento autista involucra los esfuerzos —conscientes e inconscientes— que la persona realiza para cambiar su comportamiento externo con el propósito de integrarse en situaciones sociales. Se utilizan estrategias sofisticadas para ocultar los rasgos autistas de observadores casuales. Estas estrategias pueden incluir: reprimir comportamientos de stimming, estudiar e imitar meticulosamente comportamientos sociales, analizar el lenguaje corporal, hacer guiones, ensayar conversaciones y mostrar excesiva adaptación y amabilidad hacia otros.  

¿Quién enmascara de forma autista?

El enmascaramiento no tiene límites; puede ser adoptado por cualquier persona sin distinción de edad, género o trasfondo. Al inicio, el estudio del enmascaramiento se enfocó en niñas y mujeres con autismo; ahora,  se conoce que es prevalente entre muchos autistas adultos, en particular mujeres negras, indígenas o de color e individuos no binarios. No obstante, se ha encontrado que muchos hombres cisgénero y heterosexuales también enmascaran.

El enmascaramiento autista, las mujeres y niñas 

A menudo, las niñas enfrentan fuertes condicionamientos y presiones sociales para adaptarse a normas que esperan un comportamiento apropiado y ser una persona social. Las interacciones sociales esperables en las niñas tienden a involucrar más el juego recíproco por lo que pueden experimentar más presión para encajar y satisfacer las expectativas sociales. En consecuencia, el enmascaramiento autista es más común entre niñas y mujeres, pues mediante este sortean las complejidades de esas dinámicas sociales.

El enmascaramiento autista y las personas negras, indígenas o de color e individuos no binarios

Además del condicionamiento social relacionado con el género, el enmascaramiento brinda seguridad. Por ejemplo, muchas personas negras, indígenas o de color e  individuos trans también tienden a enmascarar.  Conducirse de manera abierta en una sociedad plagada de racismo y de transfobia lleva a muchos a adoptar estrategias de cambio de código (alterar el comportamiento y el lenguaje para conformarse a normas culturales predominantes en espacios de gente de piel blanca). Para los individuos que realizan el cambio de código, añadir el enmascaramiento autista representa un paso lógico, aunque añada más complejidad y agotamiento a sus experiencias. Con frecuencia, los individuos autistas que pertenecen a estos grupos realizan malabares para cumplir con las demandas de ambos: cambio de código y enmascaramiento en forma simultánea. 

De igual forma, las personas trans aprenden a enmascarar —muchas veces— como medio de autopreservación y protección. En un mundo que los juzga, menosprecia y malinterpreta con regularidad, enmascarar se vuelve un mecanismo de defensa. Muchos de ellos experimentan la presión de esconder su verdadero ser autista para manejar los desafíos y los sesgos que enfrentan de forma más segura. 

Entender que el enmascaramiento autista se interrelaciona con el género, la raza y la identidad nos permite comprender las experiencias multifacéticas de las personas que utilizan estas estrategias, ya sea de forma consciente o no. 

Tres rasgos centrales del enmascaramiento autista

En el 2019, Laura Hull y su equipo de investigación crearon un cuestionario sobre rasgos de camuflaje autista (CAT-Q). Esta herramienta de evaluación innovadora examina el autismo desde una perspectiva interna. A diferencia de la mayoría de las valoraciones que se enfocan en observaciones externas, el CAT-Q captura las experiencias internas de los adultos que practican este tipo de enmascaramiento. 

El cuestionario se administró a 354 adultos autistas y a 478 adultos no autistas. Los científicos identificaron tres temas comunes entre los autistas adultos que enmascaran su autismo. Para ello, utilizaron el factor de análisis, método que identifica grupos de temas. 

  1. Imitar o copiar normas sociales alistas (Compensación)

  2. Reprimir rasgos autistas (Enmascarar)

  3. Actuar y pretender (Asimilación)

En general, el apoyo psicométrico de CAT-Q es sólido y provee un entendimiento valioso sobre las complejidades del enmascaramiento autista. Este instrumento permite tanto a los investigadores como a los médicos entender de mejor forma cómo las personas autistas enfrentan las interacciones sociales y qué estrategias emplean para camuflar sus rasgos autistas. 

Enmascaramiento Autista: Los Expertos Imitadores 

La compensación —aspecto clave del enmascaramiento autista— involucra el arte de imitar y copiar a personas alistas. Muchas personas autistas que enmascaran poseen una habilidad extraordinaria para observar y catalogar frases y gestos de varias fuentes tales como: televisión, películas o amigos y pares. Este proceso lo comparo con tener un documento de Google doc en mi cabeza (en el que almaceno comportamientos y frases que encuentro admirables), los cuales incorporo en mi propio estilo de comunicación. Sería como organizar una colección de señales a las que puedo recurrir al encontrarme en situaciones sociales. 

Además de imitar, la compensación puede presentarse como la preparación de guiones. Yo acostumbraba practicar conversaciones en detalle y desarrollar guiones de antemano. Por ejemplo, si sabía que iba a participar en una conversación en específico, ensayaba distintas versiones de esa conversación en privado y me aseguraba de tener a mano los mecanismos de conexión para las conversaciones o los guiones. Sin embargo, al enfrentar interacciones que se desviaban de los guiones que ensayaba, sentía incomodidad y tenía dificultades para encontrar las palabras correctas para expresarme de forma apropiada.

Esta dependencia de imitar y de hacer guiones de respuestas podría considerarse tanto un mecanismo de defensa como una fuente de estrés. A pesar de que estas prácticas nos permiten interactuar socialmente de manera más fluida pero, al mismo tiempo, nos limita la habilidad para expresarnos de forma auténtica y responder con espontaneidad. La presión de empatar constantemente el comportamiento propio con el de las personas que están a nuestro alrededor podría resultar agotador y desgastante desde el punto de vista emocional.

Si profundizamos en las complejidades del enmascaramiento autista, se evidencia la imitación como destreza esencial dominante. Vamos desarrollando un repertorio de comportamientos y frases que nos permiten integrarnos cuando observamos e incorporamos las señales sociales del entorno. Ahora bien, es importante reconocer que esa destreza tiene un costo, pues dificulta la habilidad para expresar nuestro verdadero ser, para adaptarnos a situaciones sociales inesperadas y nos ¡demanda mucha energía mental!

Señales de enmascaramiento: experiencias de los imitadores expertos

  • Hacer guiones para usarlos en situaciones sociales (como depender de guiones preparados con anterioridad o ensayar conversaciones con antelación para garantizar interacciones fluidas).

  • Repetir frases tal y como las han dicho otras personas (imitar y repetir las palabras y las frases exactas que usan otros).

  • Usar comportamientos aprendidos observando otras interacciones (por ejemplo, observar y adoptar los comportamientos de otros para encajar socialmente).

  • Practicar expresiones faciales y lenguaje corporal (tales como ensayar y perfeccionar expresiones faciales, gestos y lenguaje corporal para igualar los de personas alistas).

  • Investigar destrezas sociales para mejorar las propias (buscar recursos e información —de forma activa— sobre destrezas sociales como un esfuerzo para mejorar las interacciones sociales y parecer más alista).

  • Aprender y utilizar destrezas sociales vistas en la televisión y en películas (por ejemplo, encontrar inspiración en destrezas sociales representadas en los medios de comunicación e incorporarlas en las interacciones propias). 

  • Copiar comportamientos, lenguaje corporal o expresiones de otros a propósito y durante las interacciones (como imitar o reproducir de forma consciente los comportamientos, el lenguaje corporal o las expresiones de otros para integrarse) 

  • Observar a otros para entender destrezas sociales (dedicar una importante cantidad de tiempo a observar y estudiar cómo otros se conducen en situaciones sociales para aprender e imitar sus destrezas).

Enmascaramiento autista: represión de rasgos autistas

Este enmascaramiento gira en torno a un arte complejo en el que la represión tiene un rol protagónico. Involucra suprimir —de manera activa— los rasgos autistas para ajustarse a expectativas alistas. Un aspecto de la represión es la inhibición del stimming. La persona encuentra formas de practicar stimming o de restringir estos comportamientos por completo, de manera que sean más aceptables socialmente. Por ejemplo, en lugar de aletear las manos o de pasearse puede optar por morderse las uñas o jugar con el cabello. 

Otro componente del enmascaramiento es el desarrollo de la autosupervisión crítica y vigilante. Esta crítica interna, a la que llamo cariñosamente la máscara, evalúa comportamientos y nos advierte —constantemente— de aquellos que puedan considerarse extraños o poco atractivos para otros. Previo a descubrir mi autismo, mi ser interior crítico no paraba de regañarme por cada error que percibía y me advertía de los riesgos sociales potenciales. Empleaba la vergüenza como una herramienta para empujarme a conformarme con normas alistas. La influencia de este crítico interior se arraiga tan a fondo que podríamos no darnos cuenta de su presencia o, bien, asumir que todos los demás experimentan las mismas dinámicas autocríticas.

El enmascaramiento también implica una conciencia intensificada del lenguaje corporal durante las conversaciones. Yo acostumbraba entrenarme a mí misma en los movimientos corporales apropiados, recordar asentir para mostrar que estaba atenta y descruzar los brazos para evitar parecer que estaba a la defensiva. Estas técnicas intencionales buscan expresar interés y participación activa en las interacciones sociales.

El complejo proceso de la represión en el enmascaramiento supone navegar con cuidado el balance entre expresar nuestro verdadero ser y ajustarnos a las expectativas sociales. Aunque pueda proveer un sentido de seguridad y aceptación temporal en escenarios sociales, también puede pasar factura a nuestra autenticidad y a nuestro bienestar general. Es importante reconocer que cuando reprimimos rasgos autistas nos contenemos de acudir a aquello que nos calma y que nos ayuda a regular nuestros cuerpos hiperactivos. En cierta forma, enmascarar puede verse como una forma de autotraición, pues —de cierta manera— anulamos los intentos naturales de nuestro cuerpo para regularse. Al reconocer y entender el rol de la represión en el enmascaramiento autista, damos un paso crucial hacia abrazar nuestra verdadera identidad, fomentar la autoaceptación y reconstruir la confianza en sí mismo. 

Señales que estás enmascarando: experiencias comunes

  • Mostrar preocupación de cómo te perciben los demás y esforzarte para satisfacer sus expectativas.

  • Ajustar —constantemente— tu lenguaje corporal para parecer interesado e involucrado en las conversaciones.

  • Tener una conciencia agudizada de la impresión que uno le da a los demás, que lleva a estar consciente de uno mismo.

  • Monitorear y adaptar de manera continua tu lenguaje corporal y tus expresiones faciales para calzar con las normas sociales.

  • Vigilar de forma excesiva tus propias expresiones faciales y tu lenguaje corporal en situaciones sociales.

  • Sentirse obligado a hacer contacto visual, aun si esto es incómodo o abrumador.

  • Vigilar persistentemente el monitoreo y el ajuste de nuestro lenguaje corporal para proyectar una apariencia relajada.

Enmascarando el autismo: farsantes profesionales

La asimilación se asemeja a pisar un escenario y asumir un rol que no nos resulta natural y que nos causa bastante incomodidad. Es un acto en el que nos empujamos a comportarnos de acuerdo a las expectativas sociales, aun sintiendo esas conductas antinaturales o agotadoras. Por ejemplo, en situaciones sociales podríamos participar de conversaciones ligeras o forzarnos a interactuar, a pesar de que sentimos que estamos dando una función o pretendiendo ser alguien que no somos. 

Otro aspecto por considerar en la asimilación es el hecho de encontrar formas socialmente aceptables de enfrentar o de escapar de la socialización. Como ilustración, cuando era una madre joven —a menudo— utilizaba a mi hijo recién nacido como excusa para salirme de las conversaciones en grupo de forma discreta. A lo largo de diferentes fases de mi vida, me mantenía ocupada con tareas como limpiar o tomaba roles que me permitieran parecer que estaba involucrada en el grupo, pero que no requiriera socializar demasiado. Esto se convirtió en una forma de integrarme y de evitar llamar la atención hacia mis dificultades de interacción social.   

La asimilación podría considerarse una estrategia de sobrevivencia, pero también una carga. Es una forma de calzar dentro del mundo neurotípico o no autista, mientras ocultamos nuestro verdadero ser. Al asimilar, intentamos manejar las expectativas sociales minimizando el malestar de ser diferente. No obstante, el constante esfuerzo de ajustarnos tiene un impacto negativo en nuestro bienestar mental y emocional, lo cual —muchas veces— nos deja una sensación de agotamiento y de desconexión de nuestro auténtico ser. 

Es necesario reconocer el papel que tiene la asimilación en el enmascaramiento autista para entender nuestras experiencias y reclamar nuestra identidad. Además, debe ser una invitación para explorar la autoaceptación y cultivar un sentido de pertenencia de manera que podamos abrazar nuestro ser autista sin necesidad de pretender.

Señales de que estás enmascarando usando la pretensión

  • Las conversaciones se sienten antinaturales y no fluyen. 

  • Nos damos cuenta —a menudo— de que fingimos ser normales en situaciones sociales.

  • Dependemos del apoyo o la presencia de otros para lidiar con las interacciones sociales. 

  • Creemos no poder mostrarnos genuinamente en presencia de otros.

  • Sentimos la necesidad de actuar o poner una careta para enfrentar las situaciones sociales. 

  • Tratamos de evitar o minimizar interacciones con otros en ambientes sociales.

  • Participamos en las situaciones sociales como actores, sin oportunidad de tener una conexión auténtica. 

  • Interactuamos con otros con gran esfuerzo consciente y, por tanto, nos sentimos forzados. 

¿Cómo se mide el enmascaramiento autista?

Si tienes curiosidad de conocer cómo se mide el enmascaramiento autista y quieres comparar tus resultados con los de otros, existe una autoevaluación llamada Cuestionario de camuflaje de rasgos autistas (CAT-Q; este recurso solo está disponible en inglés). Este cuestionario evalúa los comportamientos de camuflaje tanto en adultos autistas como en adultos alistas.    

  • El CAT-Q consta de 25 puntos y puede completarse en físico o en línea.

  • Toma aproximadamente 5 minutos para completarlo.

  • Los resultados están divididos en tres subescalas: compensación, enmascaramiento y asimilación.

  1. La subescala de compensación evalúa estrategias utilizadas para superar dificultades sociales asociadas con el autismo. Estas acciones incluyen las que se toman para compensar los retos en las interacciones sociales.

  2. La subescala de enmascaramiento evalúa estrategias empleadas para esconder características autistas o presentar una imagen menos autista. Estas estrategias implican ocultar o reprimir comportamientos que podrían revelar rasgos autistas. 

  3. La subescala de asimilación se enfoca en estrategias que se utilizan para evitar sobresalir durante interacciones sociales. Abarca comportamientos que buscan integrarse y asemejarse más a individuos neurotípicos. 

Además de los resultados de las subescalas, el CAT-Q provee un resultado total de camuflaje. Este resultado se calcula con la sumatoria de los resultados de las tres subescalas. El resultado total oscila entre 25 y 75, donde los resultados más altos indican un grado mayor de camuflaje. De igual manera, este cuestionario ofrece observaciones sobre el alcance y la naturaleza de comportamientos de enmascaramiento autista. Estas ayudan a tener un mejor entendimiento sobre nuestras tendencias para enmascarar y el impacto potencial que pueden tener sobre nuestra vida. 

El costo del enmascaramiento autista: descubramos la conexión entre la depresión y la ansiedad

El enmascaramiento autista es un fenómeno complejo que involucra navegar el balance delicado entre la autoexpresión y las expectativas sociales. En ocasiones se puede sentir que enmascarar los rasgos autistas podría ser una estrategia necesaria para conducirse en un mundo que no siempre es tolerante. No obstante, es crucial reconocer los inconvenientes y considerar el impacto a largo plazo que tiene en nuestro bienestar. 

A pesar de que enmascarar provee un alivio temporal y reduce el riesgo de experimentar una discriminación total, será necesario estar consciente del costo potencial que impone en nuestra salud mental. Las investigaciones han mostrado una conexión importante entre altos niveles de enmascaramiento y un aumento en los índices de depresión y ansiedad entre estos individuos.

Enmascarar requiere un constante monitoreo, un ajuste de comportamientos y la represión de ser autista. Este conflicto interno, entre ajustarse a expectativas alistas y la necesidad innata de la expresión personal puede llevar a una aflicción emocional, un sentido de disonancia y una pérdida de identidad personal. Es importante reconocer que puede haber momentos en los que enmascarar se sienta menos estresante que enfrentarse a la discriminación abierta. Por otro lado, entender las desventajas nos empodera para tomar decisiones informadas sobre cuándo vivir con la máscara y cuándo es seguro desenmascarar. 

Al abrazar nuestra verdadera identidad, cultivar la autoaceptación y propiciar entornos que acojan la neurodiversidad estaremos mitigando el impacto negativo que puede tener el enmascarar en nuestra salud mental. Por eso es necesario priorizar el autocuidado, buscar apoyo cuando sea necesario y abogar por un mayor entendimiento y aceptación de las personas autistas.

Al continuar nuestra jornada hacia el desenmascaramiento autista, recordemos que es un proceso de muchas tonalidades que requiere autoreflexión, autocompasión y decisión personal. Aunque reconozcamos las consecuencias potenciales de enmascarar, podemos tomar la iniciativa para decidir cuándo navegamos en el mundo con nuestro verdadero ser y cuándo enmascararlo por nuestro bienestar y seguridad. 

¿Cómo sé si estoy enmascarando?

Si encuentras que te relacionas con muchas de las experiencias mencionadas anteriormente, quizás te preguntes si estás enmascarando. Es natural buscar más información y obtener mayor entendimiento. Te presento varios pasos te servirán para explorar tus tendencias de enmascaramiento:

  • Reflexionar sobre tus experiencias al leer la lista de control. Pon atención a los puntos que tienen resonancia contigo y los que no. Esta autoreflexión puede proveer claves valiosas sobre tus comportamientos de enmascaramiento. También puedes descargar este recurso para evaluar aún más tus experiencias.

  1. Hacer el Cuestionario sobre rasgos de camuflaje autista (CAT-Q) en línea (solo se encuentra en inglés por el momento). El CAT-Q permite evaluar sus propios comportamientos de enmascaramiento. Al completar el cuestionario, podemos obtener un mejor entendimiento del grado y la naturaleza de nuestras tendencias de enmascaramiento. El sitio web, Embrace Autism (Abrazar el Autismo), ofrece el CAT-Q en línea junto con una tabla de puntajes que te ayudan a comparar tus resultados con los de otros autistas y con los de personas neurotípicas.  

  1. Escuchar las experiencias vividas de otras personas que enmascaran mucho. Al explorar la etiqueta #soyautista en redes sociales, puedes encontrar una comunidad de personas autistas que comparten sus historias personales y su entendimiento sobre el enmascaramiento. Escuchar las experiencias de otros provee validación que ayuda a reconocer patrones que se comparten. 

  1. Participar en conversaciones con individuos en los que uno confía. Habla con personas cercanas y pídeles que te den sus perspectivas. Nuestros amigos de confianza, los miembros de nuestra familia o nuestros compañeros pueden notar diferencias en nuestro comportamiento en una variedad de situaciones. Ellos podrán proporcionar información valiosa, indicándonos si perciben que nos comportamos de forma distinta en diferentes escenarios sociales en comparación a cuando estamos en entornos más relajados y cómodos. Vale la pena indicar que —si enmascaramos mucho— es posible engañar hasta a las personas más cercanas a nosotros, por eso, ¡podrían no estar conscientes de que estamos enmascarando!

Al dar estos pasos, podemos recolectar más información, reflexionar sobre nuestras propias experiencias y buscar perspectivas externas para obtener un entendimiento mayor para determinar si enmascaramos como autistas. Este proceso es personal y único para cada individuo, por lo que es importante acercarse a él desde la compasión hacia uno mismo y la curiosidad.

Enmascaramiento autista: resumen y conclusión

En conclusión, el enmascaramiento autista es un fenómeno complejo que involucra esconder estos rasgos de forma consciente o inconscientemente para integrarse en una sociedad alista. A menudo, requiere un esfuerzo significativo e impacta el sentido de autenticidad y de bienestar de una persona. Reconocer las señales del enmascaramiento y entender su impacto representa un paso esencial hacia abrazar su verdadera identidad y fomentar la auto aceptación. 

Para explorar nuestras propias experiencias de enmascaramiento autista, te invito a descargar la lista de control sobre el enmascaramiento autista. Este recurso gratuito provee un listado de experiencias comunes asociadas con el enmascaramiento, las cuales permiten reflexionar sobre nuestras propias tendencias y obtener más entendimiento de nuestros comportamientos de enmascaramiento. Al usar esta lista, podemos adquirir una comprensión más clara del rol que el enmascaramiento tiene en nuestra vida, empezar una jornada de autoconocimiento y abogar por uno mismo. 

No estás solo en este camino. Conectarnos con la comunidad autista, escuchar las experiencias vividas de otros autistas y buscar apoyo nos proporciona guía y validación. Podemos celebrar la neurodiversidad juntos y crear una sociedad más inclusiva.  

Citas:

Hull, L., Mandy, W., Lai, M.-C., Baron-Cohen, S., Allison, C., Smith, P., & Petrides, K. V. (2019). Desarrollo y validación del cuestionario de rasgos de camuflaje autista (CAT-Q). Períodico de Autismo y Desarrollo de Desórdenes, 49(3), 819–833.

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